

¡Bienvenidos al breve pero intenso test del Ouran Host Club! Un sencillo y totalmente fiable (¬¬) test, realizado por cierta persona altamente experta en estos temas (yo), que te ayudará a descubrir con cual de los personajes del Host Club te identificas más y tu tipo de personalidad.
... aunque, la verdad, si no conoces la serie, no tiene maldita gracia el asunto... pero bueno.
Responde a todo sin trampas y contabiliza al final, es muy sencillo!
1.-Vas caminando y ves una flor, ¿Qué haces?
a) Revoloteas incansablemente alrededor de la flor enseñándosela a tu conejito de peluche.
b)... Ah, una flor.
c) La recoges gentilmente para tendérsela a esa persona especial de forma caballeresca.
d) Planeas cual sería la mejor forma de incluir a la flor en un diabólico y retorcido plan para dar por saco a tus amigos, porque estás muy aburrido.
e) Bueno, tal vez pueda venderla por 30. 000 yenes si digo que la ha recogido algún miembro del club...
f)Te gustaría llevártela a casa, pero te da pena pensar que acabará marchitándose.
2.- Descubres que a uno de tus amigos le gusta cierta chica, ¿Qué haces?
a) No te enteras de esas cosas, estás muy ocupado colgándote de tu amigo el grandullón y jugando con tu peluche.
b) No te enteras de esas cosas, estás muy ocupado cargando con tu amigo el pequeñajo.
c) ¿Qué? ¡Menuda tontería! El sexo opuesto te pertenece solo a ti, pues cae rendido ante tus encantos caballerescos.
d) El objetivo principal es dar por saco a tu amigo: insinuaciones “inocentes” que sabes que lo molestarán, acercamientos sospechosos, etc.
e) Mnn, es un dato interesante, lo anotarás en tu cuaderno en la ficha personal de tu amigo y pensarás una forma de sacar provecho.
f) Hablarás con tu amigo y tratarás de ayudarlo en lo que puedas.
3.- Algo que te gusta mucho.
a) ¡Los dulces!!!... y tu conejito de peluche.
b) ... nada en especial.
c) Probarle modelitos a la persona que me gusta.
d) Hacer el pavo y dar por saco.
e) Buscar nuevas formas de hacer dinero.
f) La tranquilidad y la calma.
4.- Si fueras a una isla desierta, ¿Qué te llevarías?
a) ... pregunta tonta, el conejo de peluche!!!
b) Al amigo pequeñajo (¿Qué vas a cargar sobre tus hombros si no?)
c) A la persona que te gusta.
d) A tu hermano gemelo.
e) El teléfono móvil (tu familia posee una flota privada de 3.000 barcos que irán a buscarte en un santiamén cuando lo necesites)
f) Alguna herramienta útil.
5.- Cuando te aburres, ¿Qué haces?
a) No te aburres nunca; correteas con tu peluche, comes tarta, te subes a hombros de tu amigo el grandullón...
b) No te aburres, no sabes que es eso... además, tu amigo pequeñajo te lleva a todos sitios subido de tu hombro, ni tiempo tienes de aburrirte.
c) Tratas de seducir a esa persona especial que ya está hasta la moral de ti.
d) Montas algún lío, organizas una retorcida farsa, das por saco al personal, armas jaleo... lo mismo da.
e) No tienes tiempo de aburrirte, siempre estás escribiendo y pensando formas nuevas de sacar beneficios de donde sea
f) Estudias o haces alguna tarea pendiente.
6.- Encuentras un objeto perdido, y sabes quien es su dueño. ¿Qué haces?
a) Llevárselo con una sonrisa y correteando alegremente.
b) Se lo das a tu amigo pequeñajo para que se lo de el a su dueño. Hacerlo tu mismo podría mostrar sentimientos por tu parte.
c) Si es una bella y hermosa doncella, le regresarás su preciada posesión con una sonrisa, una parrafada caballeresca y un beso en la mano. Si es un tío... se lo das sin más.
d) Haces rabiar un poco al dueño del objeto para divertirte, luego ya verás si se lo regresas o no.
e) Planear la mejor opción para sacar provecho; vender el objeto, pedir un rescate por el, vendérselo a una persona que idolatre al dueño del objeto, etc.
f) Buscarás a la persona en cuestión rápidamente para regresarle su posesión; puede que lo necesite urgentemente...
Resultados:
Mayoría de A: eres del tipo Loli-shota!
Y he aquí el diseño de la ranita de Asdy ^^ (es amiguita de mi panda)
Oh, mis habilidades a la hora del coloreado por ordenador van aumentando... hay que tener en cuenta que los programas que tengo no son ninguna maravilla ¬¬
(Era cuestión de tiempo que hiciera una tontería así... lo estaba viendo venir.) Lo veo todo como un posible blanco. Y cuando se me abre la pantalla de menú, con los gámbits y el inventario flipo. Lo malo de ver las cosas así no es esto. Al menos, el flan es vulnerable a la cuchara, y me lo puedo comer, pero cuando veo cosas así:
Y este, el cubo de rubik definitivo. Es genial, no se como no se me ha ocurrido antes:
El Cuervo
Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,c
omo si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”
¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.
Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrore
sjamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”
Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.
Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.
Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!
De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.
Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”
Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”
Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”
Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”
En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!
Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!